me hacen pequeña como mi cuarto
cuando chupo mi rodilla
y los miro desde abajo
ninguno tenía los ojos
tan grandes como mi padre
II
Mi saliva ahora
corroe tus ojos
se traga tu pupila
ya conozco tu miseria
el lanzallamas
con el que no me apuntaste
lo lamo entre los cactus de tu pubis
descubro tus amantes
tus pensamientos terminan
en la última gota de semen
donde comienzan los míos
III
La mujer que cose mi ropa
tiene manos de pájaro
nos descalza
mientras pasan
ríos
entierros
nadie se mueve
del lugar que prometimos
en noches de lluvia
se ven sus garras sin palma
nos quedó
caminar desnudos
IV
Ahora me revuelco
en mis sueños infantiles
las promesas de mi madre
somos
lo olvidamos
el camino del origen
una pantera un conejo
besándose
en días de emprender viajes
cuando escuchas las rosas
nunca le pregunté a mi príncipe
si era bisexual
los cuentos de hadas
no hablan de sexo